lunes, 29 de septiembre de 2014

El riesgo de conducir ebrio aumenta cuando los padres beben alcohol

 Investigadores de la Universidad de Zaragoza han realizado un análisis de los factores socioeconómicos de los jóvenes que conducen bajo los efectos del alcohol y han visto que hay más probabilidades de que esto suceda cuando sus padres también consumen este tipo de sustancias.
Los autores del trabajo, cuyas conclusiones publica la revista Adicciones, analizaron datos de más de 30.183 estudiantes de 14 a 18 años, procedentes de la Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias de 2008, de los que un 6,7% había conducido tras beber alcohol.

Aunque este porcentaje podría parecer pequeño, según ha reconocido a 'Sinc' José Julián Escario Gracia, autor del estudio, hay que tener en cuenta que la edad media de los participantes era de 15,6 años y, por tanto, había pocos que contaran con permiso de conducir por lo que la cifra es "considerable".

Al analizar el perfil de los padres, vieron que si los padres consumen alcohol es más probable que sus hijos acaben conduciendo bajo sus efectos, lo que evidencia que la prevención es también responsabilidad de los padres, ya que su conducta influye en sus hijos. Esta conducta arriesgada es más frecuente en chicos que en chicas, y también en adolescentes de mayor edad.

Además, de los resultados puede derivarse que las campañas informativas sobre los peligros de la conducción bajo los efectos del alcohol funcionan. "Algunos han mostrado su escepticismo sobre este tema, pero a la luz del trabajo realizado, parece que sí reducen la probabilidad de conducir bebido entre los adolescentes", afirma el autor.

El experto sostiene además que para que éstas tengan éxito deberían hacer mayor énfasis entre los adolescentes masculinos, los de mayor edad y los que no estudian bachillerato, ya que son los grupos con mayor prevalencia de la conducta analizada. Asimismo, según los autores, si se incluyeran a los padres podría obtener mejores resultados.

Menos consumo entre quienes viven con sus madres

El estudio mostró además que el porcentaje de adolescentes que conduce bajo los efectos del alcohol era inferior entre los que viven con sus madres, algo que según Escario puede deberse al "rol tradicional de la madre, caracterizado entre otros rasgos por el cuidado de los hijos".
De hecho, otros autores han encontrado que la socialización maternal está relacionada con bajos consumos de tabaco y alcohol. En cuanto a las características escolares, las campañas informativas en los centros escolares sobre las consecuencias del alcohol y otras drogas reducen la probabilidad de que el estudiante conduzca bajo sus efectos.
Dicha relación se observa en mayor medida entre los varones y los adolescentes más jóvenes. "Por otra parte, resulta curioso el resultado que relaciona positivamente el estar en un colegio interno y una mayor tendencia a llevar a cabo esta conducta de riesgo", ha subrayado.

"Predictores de la conducción bajo los efectos del alcohol entre los adolescentes españoles; Adicciones; 2014, Volumen 26, Número 2

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Congresos, Jornadas, Reuniones y Seminarios de próxima celebración

3 de octubre de 2014, Amsterdam. Organiza: Instituto Holandés para las Políticas de Alcohol (STAP).

 
9 y 10  de octubre de 2014,  Bilbao.Organiza: IDD y Universidad  de Deusto


16  de octubre de 2014,  Bilbao. Organiza: IDD. Universidad  de Deusto y Dirección Salud y Adicciones Gobierno Vasco

 
16-18 de octubre de 2014, Palma de Mallorca. Organiza: Casa Cultural “Sa Nostra”, Universitat Illes Balears, PADIB y PNSD.

           
23 y 24 de octubre de 2014, Buenos Aires. Organiza: CENARESO.

 
24 y 25 de octubre de 2014, Santiago de Compostela. Organiza: GETEM.


29 de octubre al 1 de noviembre de 2014, Mendoza- Argentina. Organiza: CEDES.


4 y 5 de noviembre de 2014, Madrid (Salón de Actos DGPNSD). Organiza: ADES. Asociación de Técnicos para el Desarrollo de Programas Sociales.


27-29 de noviembre de 2014, Valencia. Organiza: Socidrogalcohol.


11 y 12 de diciembre de 2014, Valdivia (Chile). Organiza: SENDA. Ministerio del Interior y Seguridad Pública. Gobierno de Chile.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Las personas alcohólicas tienen una respuesta anormal de las células T CD8 frente al virus de la gripe

Un estudio realizado con roedores que examinó el daño del consumo crónico de alcohol en las células T CD8 detectó que algunas funciones de las células CD8 T se ven limitadas o reducidas, mientras que otras permanecen intactas ante el virus de la gripe. Los resultados de esta investigación se publican en Alcoholism: Clinical & Experimental Research .

Es bien sabido que el consumo crónico de alcohol se asocia con un aumento de la incidencia y gravedad de las infecciones respiratorias. La investigación ha demostrado que el aumento en la gravedad de las infecciones por el virus de la gripe (IAV, por sus siglas en inglés) se debe, en parte, a un fallo a la hora de organizar una respuesta específica contra las IAV por parte de las células T CD8, junto con un deterioro específico en la capacidad de estas células para producir interferón.

"Se sabe que el consumo crónico de alcohol compromete el sistema inmunológico humano", explica uno de los autores del estudio, Kevin L. Legge, profesor asociado de Patología en la Universidad de Iowa, en Estados Unidos. "Este hecho se pone de manifiesto al examinar la susceptibilidad de los alcohólicos crónicos a enfermedades infecciosas. En los pacientes alcohólicos se elevan enormemente los riesgos de infección con bacterias extracelulares, bacterias intracelulares y virus. Numerosos informes han documentado que los alcohólicos presentan tasas más altas de neumonía bacteriana, sepsis, meningitis y peritonitis", añade.

Entre los ejemplos mejor estudiados de esta mayor predisposición a la enfermedad respiratoria severa por el abuso crónico de alcohol son las neumonías bacterianas. De hecho, Benjamin Rush, cirujano general del Ejército Continental de Estados Unidos y uno de los firmantes de la Declaración de Independencia, describió en 1785 a los alcohólicos como susceptibles a la fiebre amarilla, la tuberculosis y la neumonía. Estudios más recientes han demostrado que hay entre dos a siete veces más de incidencia de mortalidad por neumonía, así como aumento de morbilidad en alcohólicos crónicos en comparación con no alcohólicos.

"También se ha conocido desde la década de 1800 que los trastornos por consumo de alcohol se asocian con una mayor susceptibilidad a la infección pulmonar (tanto viral como bacteriana, incluyendo la neumonía adquirida en la comunidad y la tuberculosis), el síndrome de dificultad respiratoria aguda y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica", detalla Ilhem Messaoudi, profesor asociado de Ciencias Biomédicas de la Universidad de California en Riverside, Estados Unidos.

"Por lo tanto, entender los mecanismos subyacentes a una mayor susceptibilidad a la infección pulmonar y lesiones en las personas con trastorno por consumo de alcohol es extremadamente importante. Aunque varios estudios han demostrado que este fenómeno se debe en parte a perturbaciones significativas en el sistema inmunológico, nuestra comprensión del impacto del abuso de alcohol sobre la inmunidad sigue siendo incompleta", lamenta.

"La inmunidad y la protección a largo plazo contra las infecciones del virus de la gripe es conferida por dos componentes de la respuesta inmune adaptativa --explica Legge--. Es decir, los anticuerpos que neutralizan el virus para prevenir de infecciones, y las células T, que localizan y matan las células infectadas, limitando la difusión del virus a otras células y deteniendo la infección".

"Nuestro trabajo previo mostró que niveles crónicos de alcohol predisponen a un aumento de la gravedad de la enfermedad, tanto de los síntomas como de la letalidad, después de la infección por el virus de la gripe. De hecho, el alcoholismo crónico cambia de manera dramática lo que es típicamente una infección subclínica a un resultado letal", alerta.

Cuanto más tiempo de consumo de alcohol, peores efectos

En concreto, explica que sus análisis previos demostraron que este cambio en la gravedad de la enfermedad se debe, en parte, a los efectos del alcohol sobre las células T CD8. Así, beber crónicamente puede reducir el número de las células T CD8 disponibles para defenderse contra la infección y esta disminución en las células T CD8 es más grave cuanto más tiempo dura la exposición al alcohol, además de que limita la capacidad de las células T CD8 restantes a utilizar una de sus herramientas antivirales.

De esta manera, el consumo crónico de alcohol ataca la respuesta inmune de células T CD8 a dos niveles diferentes: limitando el número de células que pueden combatir la infección y reduciendo la capacidad de las células restantes para combatirla.

Los investigadores dieron a los ratones alcohol en el agua potable durante entre ocho y 12 semanas y, posteriormente, los infectaron por vía intranasal con IAV. Tras ello, estos expertos examinaron las funciones de activación y efectoras de las células T CD8 específicas contra IAV-T tanto en los ganglios linfáticos como en los pulmones.

"Las células T utilizan múltiples herramientas, llamadas funciones efectoras, para limitar y controlar los patógenos", explica Legge. "Aunque nuestro estudio previo demostró una pérdida del número de células T CD8 y la capacidad de las células T CD8 restantes para hacer IFN ?, no estaba claro si y cómo muchas de las otras herramientas de las células T CD8 resultan afectadas por el alcohol crónico. Aquí mostramos que algunas, pero no todas las funciones de las células efectoras T CD8, se reducen con el abuso crónico del alcohol", añade.

En resumen, este experto señala que este trabajo muestra que el alcohol puede tener efectos distintos sobre la capacidad efectora de las células T CD8, limitando o reduciendo algunas funciones y dejando otras intactas. Se sabe que la activación de cada vía efectora específica requiere señales precisas, por lo que determinar qué funciones efectoras están alteradas, junto con el examen de las moléculas correspondientes, podría producir prometedores objetivos de fármacos para la reversión de los efectos del alcohol en esta importante población de células inmunes adaptativas.

Alcoholism: Clinical & Experimental Research (2014); doi: 10.1111/acer.12522

lunes, 15 de septiembre de 2014

La exposición prenatal al alcohol, vinculada a obesidad durante la adolescencia

Un estudio que ha analizado el índice de masa corporal (IMC) en una amplia muestra clínica de niños con trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF) ha detectado que las tasas de sobrepeso u obesidad son elevadas en los niños con síndrome de alcoholismo fetal parcial (pFAS, por sus siglas en inglés). Los resultados del trabajo se publican en Alcoholism: Clinical & Experimental Research .

Los trastornos del espectro alcohólico fetal se refieren a una amplia gama de discapacidades que incluyen individuos con deficiencias neurocognitivas, así como irregularidades de crecimiento que oscilan entre deficiente y normal. Sin embargo, se sabe muy poco acerca de la prevalencia del exceso de peso y la obesidad como componentes de TEAF en el largo plazo.

"La deficiencia de crecimiento es una característica definitoria de TEAF y, normalmente, los bebés y los niños con TEAF tienen baja estatura y bajo peso", explica uno de los autores de esta investigación, Jeffrey R. Wozniak, profesor asociado de Psiquiatría de la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos.

"Los individuos con pFAS, la forma más severa de la condición, por lo general, siguen mostrando deficiencia de crecimiento en la edad adulta. Sin embargo, varios investigadores han oído constantemente de familias en las que el aumento de peso es un problema en la adolescencia y la edad adulta de algunos pacientes. Pensamos que era importante examinar más esta cuestión", añade este experto.

"Debido a que la falta de peso es parte de los criterios diagnósticos de pFAS y aunque las consecuencias neurológicas pueden ser muy profundas, se ha prestado poca atención a la posibilidad de que la exposición prenatal al alcohol (PAE, por sus siglas en inglés) también podría afectar al peso corporal en la edad adulta", añade Susan Smith, profesora de Ciencias de la Nutrición en la Universidad de Wisconsin-Madison. "Ha habido observaciones anecdóticas y varias pistas e indicios de que esto puede ser un problema, pero no hay datos reales", lamenta.

Wozniak y sus colegas examinaron a 617 niños (257 varones y 360 mujeres), de edades entre 2 y 19 años, que habían sido evaluados clínicamente para TEAF entre abril de 2005 y abril de 2013: 446 con un diagnóstico TEAF-FAS (n = 64), pFAS (n = 166) y desórdenes neurológicos relacionados con el alcohol (n = 216), así como 171 sin diagnóstico de TEAF. La prevalencia de sobrepeso/obesidad utilizando la medida del índice de masa corporal se comparó con la prevalencia nacional y estatal y también se examinó en relación con el diagnóstico de TEAF, el sexo y la edad.

Además, se analizaron datos sobre la ingesta dietética en una submuestra de jóvenes (n = 42). "Hemos encontrado que el sobrepeso y la obesidad no eran necesariamente un problema universal en aquellos individuos expuestos prenatalmente al alcohol --detalla Wozniak-, pero sí eran características específicas de pacientes que estaban asociadas con un aumento de las tasas. Específicamente, se encontró que aquellos con pFAS tenían un riesgo particularmente alto de obesidad y sobrepeso durante la adolescencia. También vimos que las mujeres presentaban mayor riesgo de obesidad/sobrepeso que los varones durante la adolescencia".

http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/acer.12516/abstract

martes, 9 de septiembre de 2014

Detectan alteraciones cognitivas acumulativas en universitarios que practican el botellón

Los jóvenes con patrón de bebedor excesivo en fin de semana conocido popularmente como 'botellón' presentan peor rendimiento en pruebas neuropsicológicas que valoran la atención, la rapidez mental y la precisión al ejecutar tareas alternas, según un estudio que refleja que este hábito de fin de semana ocasiona en los estudiantes universitarios alteraciones cognitivas con efectos acumulativos.
Así lo han probado investigadores de la Unidad de Deterioro Cognitivo del Hospital Valdecilla, que han realizado un estudio en alumnos universitarios de la Escuela Gimbernat-Cantabria --centro adscrito a la Universidad de Cantabria, con sede en Torrelavega--, en los que han evaluado los efectos del hábito del botellón sobre algunas funciones cognitivas por medio de test validados para la población española.

La investigación, que ha dirigido el neurólogo Pascual Sánchez-Juan, consistió en analizar los hábitos de vida de 102 estudiantes que se clasificaron en bebedores excesivos de fin de semana -consumidores de seis o más unidades de bebidas alcohólicas en dos horas, considerando que cada unidad contiene 10 gramos de alcohol puro- y no bebedores excesivos.

Después, se evaluaron en todos ellos la memoria y ciertas funciones ejecutivas mediante un batería de test neuropsicológicos y se compararon los resultados de ambos grupos.

Según el análisis de los hábitos de vida, el 49% de los estudiantes resultaron ser bebedores excesivos, si bien todos ellos refirieron haber consumido alcohol alguna vez, con una edad media de inicio en el consumo de 15 años.

Peor rendimiento y más lentos

En todos los sujetos del estudio se utilizaron test neuropsicológicos para evaluar la memoria lógica, verbal y visual; las habilidades visoespaciales; la atención y concentración; la capacidad de inhibir la respuesta automática; y la flexibilidad mental y velocidad visomotora.
Los investigadores encontraron que los alumnos con patrón de bebedor excesivo tuvieron un peor rendimiento y tardaron una media de 42,7 segundos en completar el test que medía funciones ejecutivas mediante la atención y la flexibilidad mental, 6,4 segundos más que los estudiantes no bebedores.
Además, apreciaron una correlación significativa entre la edad de inicio del consumo de alcohol y los resultados de esta prueba, de forma que a más temprana edad de inicio del consumo, más tiempo tardaron los alumnos en completar el test.
En función de los resultados obtenidos, el consumo excesivo de alcohol en jóvenes parece tener un efecto predominante sobre parte de la corteza prefrontal dorsolateral, una zona relacionada con la función ejecutiva y que parece ser más sensible a la neurotoxicidad causada por el alcohol, explica Sánchez-Juan.
"Estos datos son coherentes con la hipótesis de que el alcohol afecta más a las áreas cerebrales que maduran más tarde en el ser humano: el córtex prefrontal dorsolateral es una de las últimas en desarrollarse", asegura el neurólogo, una hipótesis apoyada por las variaciones de volumen de esta área que se aprecian en pruebas de imagen realizadas a jóvenes con este patrón de consumo.

Más perjudicial que el consumo regular

Según se ha visto en modelos animales, el consumo intermitente de grandes cantidades de alcohol es más perjudicial que el consumo regular y afectaría predominantemente al córtex prefrontal dorsolateral.
Además, los resultados sugieren que el perjuicio del consumo de alcohol con patrón de bebedor de fin de semana tiene un efecto acumulativo; esto es especialmente preocupante teniendo en cuenta que la edad media de los participantes es de 19 años y que tan sólo llevan una media de 4,2 años con esta forma de consumo.
El estudio, fruto de la colaboración de la Unidad de Deterioro Cognitivo del Servicio de Neurología de Valdecilla y la Escuela Universitaria Gimbernat-Cantabria, señala la importancia de analizar el efecto del consumo de alcohol excesivo en cortos espacios de tiempo sobre las funciones cognitivas en edades tempranas, hecho que cobra especial relevancia dada la alta prevalencia de este patrón de consumo entre los jóvenes españoles.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Ayudas economicas a corporaciones locales para el desarrollo de programas de prevencion de las drogodependencias

Publicado en: BOE N. 212. Lunes 1 de septiembre de 2014
III. OTRAS DISPOSICIONES
MINISTERIO DE SANIDAD, SERVICIOS SOCIALES E IGUALDAD


Ayudas
Resolucion de 21 de julio de 2014, de la Secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, por la que se convoca en 2014 la concesion de ayudas economicas a corporaciones locales para el desarrollo de programas de prevencion de las drogodependencias, con cargo al Fondo de Bienes decomisados por trafico ilicito de drogas y otros delitos relacionados, en aplicacion de la Ley 17/2003, de 29 de mayo

https://www.boe.es/boe/dias/2014/09/01/pdfs/BOE-A-2014-9029.pdf

lunes, 1 de septiembre de 2014

La OMS pide prohibir los cigarrillos electrónicos en espacios cerrados

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido el pasado martes el esperado informe sobre el uso y regulación de los cigarrillos electrónicos, donde pide a los países miembros mayores medidas regulatorias sobre estos dispositivos y los líquidos que los rellenan, así como la prohibición de su uso en establecimientos cerrados y un mayor control de la publicidad y la venta a menores.

El informe, que será debatido por los Estados miembros en una reunión en octubre, muestra su preocupación por la concentración del mercado de miles de millones de dólares en manos de las empresas tabacaleras Internacionales.
Por este motivo, la OMS desarrolla una serie de “opciones regulatorias”, que incluyen la prohibición de los responsables del ‘e-cigarret’ a publicitar sus productos usando reclamos como que el uso de estos dispositivos pueden ayudar a la gente a dejar de fumar; al menos hasta que proporcionen “una evidencia convincente y científica” que apoye esa teoría, y obtengan la reglamentación necesaria.

Asimismo, recomienda que se prohíba su uso en espacios públicos cerrados por riesgo para la salud del ‘vapor de segunda mano’; y pide a los países que han ratificado el Pacto Anti-Tabaco, realizado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), a considerar los límites en la publicidad, promoción y patrocinio de cigarrillos electrónicos que puedan ser eficaces para evitar su uso.
Por otro lado, solicita a los minoristas que no vendan estos dispositivos a menores y que se limite o prohíba (en algunos casos) la exposición visual de las máquinas expendedoras; y, finalmente, pide una regulación de los líquidos que se usan en el ‘vapear’ para “minimizar el contenido y las emisiones de sustancias tóxicas”, además de que se prohíban soluciones con sabores como el caramelo, frutas o bebidas alcohólicas.

El pasado año la OMS desaconsejaba ya su uso, al menos, hasta que algún organismo regulador competente comprobara su efectividad, seguridad y calidad. Así lo señalaba en un documento publicado con recomendaciones a los Estados miembros, donde pedía además que informaran “encarecidamente” a los consumidores de que no se ha probado su utilidad científicamente y, en consecuencia, que no se usasen.

Los riesgos para la salud del uso de cigarrillos electrónicos o sistemas electrónicos de administración de nicotina (ENDS) no han sido determinados, aunque por el momento las pruebas científicas indican que los productos varían mucho en la cantidad de nicotina y otras sustancias químicas que suministran. Y, por lo tanto, señalaba, “no hay manera de que los consumidores sepan como realmente les afecta lo que está inhalando por el producto que han comprado”.
“La afirmación de los beneficios implícitos para la salud asociados son infundadas o pueden basarse en informaciones inexactas o engañosas”, alertaba la OMS, que destacaba que aún de desconoce que con riesgos puede tener para la salud que la mezcla tóxica vaya directamente a los pulmones.