En las empresas las adicciones generan ausentismo, baja del rendimiento, conflictos con los compañeros y aumentan los índices de accidentabilidad. Las consecuencias son graves si el trabajador está a cargo de personas.
Fuente: diariopyme.com
Cuando vemos las estadísticas de consumo de drogas, nos alarmarnos y preocupamos por nuestra familia. Ellas también están muy cerca de nosotros en el lugar de trabajo. Las adicciones suelen tener un inicio y desarrollo muy silencioso. Una vez que el entorno se da cuenta, suele ser demasiado tarde.
E n las empresas las adicciones generan ausentismo, baja del rendimiento, conflictos con los compañeros y aumentan los índices de accidentabilidad. Las consecuencias son graves si el trabajador está a cargo de personas.
Respecto a las adicciones encontramos una amplia gama; las drogas ilegales, al alcohol, los fármacos, internet, juego y otros.
El consumo de drogas ilegales suele ser el más sancionado por la comunidad y sobre el que puede haber una amplia oferta de programas de tratamiento y actividades de prevención. Pero cuando nos adentramos en el mundo de las mujeres con su doble carga de trabajo y las múltiples exigencias de la vida moderna, el panorama pasa aún más desapercibido.
Las trabajadoras pueden consumir diferentes fármacos para rendir bien; estimulantes, pastillas para adelgazar, somníferos, antidepresivos, medicamentos para el colon irritable y otros malestares estomacales. Siguen cumpliendo, pero no encuentran un espacio ni tiempo donde hablar de sus problemas y desafíos. Es curioso, pero cuando las mujeres hablamos solemos inmediatamente generarnos espacios de ayuda y colaboración. Esta es una fortaleza que podemos desarrollar más.
Si pensamos en el consumo de alcohol, este es más frecuente. Se comienza con algo festivo, pero día a día comienza a ser utilizado para paliar la tensión y el estrés. Es habitual ver en las celebraciones de las empresas, personas a las que “se le pasa la mano”. No pasa de ser una anécdota que provoca risa en algunos, pero sobre la que no hay una preocupación mayor.
La sociedad de consumo y las dificultades económicas facilitan recurrir al juego. La nueva oferta de casinos y tragamonedas, nos ha encontrado sin una educación al respecto.
En la empresa moderna, donde las personas pasan la mayor parte de sus vidas y dejan lo mejor de sí, es un imperativo generar espacios de desarrollo personal y mejoramiento en la calidad de vida. El desafío está puesto en espacios de conversación y utilizar diferentes alternativas permitiendo a los trabajadores y trabajadoras, encontrar en su lugar de trabajo, también una fuente de bienestar y desarrollo personal.
Fuente: diariopyme.com
Cuando vemos las estadísticas de consumo de drogas, nos alarmarnos y preocupamos por nuestra familia. Ellas también están muy cerca de nosotros en el lugar de trabajo. Las adicciones suelen tener un inicio y desarrollo muy silencioso. Una vez que el entorno se da cuenta, suele ser demasiado tarde.
E n las empresas las adicciones generan ausentismo, baja del rendimiento, conflictos con los compañeros y aumentan los índices de accidentabilidad. Las consecuencias son graves si el trabajador está a cargo de personas.
Respecto a las adicciones encontramos una amplia gama; las drogas ilegales, al alcohol, los fármacos, internet, juego y otros.
El consumo de drogas ilegales suele ser el más sancionado por la comunidad y sobre el que puede haber una amplia oferta de programas de tratamiento y actividades de prevención. Pero cuando nos adentramos en el mundo de las mujeres con su doble carga de trabajo y las múltiples exigencias de la vida moderna, el panorama pasa aún más desapercibido.
Las trabajadoras pueden consumir diferentes fármacos para rendir bien; estimulantes, pastillas para adelgazar, somníferos, antidepresivos, medicamentos para el colon irritable y otros malestares estomacales. Siguen cumpliendo, pero no encuentran un espacio ni tiempo donde hablar de sus problemas y desafíos. Es curioso, pero cuando las mujeres hablamos solemos inmediatamente generarnos espacios de ayuda y colaboración. Esta es una fortaleza que podemos desarrollar más.
Si pensamos en el consumo de alcohol, este es más frecuente. Se comienza con algo festivo, pero día a día comienza a ser utilizado para paliar la tensión y el estrés. Es habitual ver en las celebraciones de las empresas, personas a las que “se le pasa la mano”. No pasa de ser una anécdota que provoca risa en algunos, pero sobre la que no hay una preocupación mayor.
La sociedad de consumo y las dificultades económicas facilitan recurrir al juego. La nueva oferta de casinos y tragamonedas, nos ha encontrado sin una educación al respecto.
En la empresa moderna, donde las personas pasan la mayor parte de sus vidas y dejan lo mejor de sí, es un imperativo generar espacios de desarrollo personal y mejoramiento en la calidad de vida. El desafío está puesto en espacios de conversación y utilizar diferentes alternativas permitiendo a los trabajadores y trabajadoras, encontrar en su lugar de trabajo, también una fuente de bienestar y desarrollo personal.
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