Dejar de fumar es uno de los mayores retos que enfrentan millones de personas en todo el mundo. Y luego de tomar la decisión de abandonar este mal hábito, los exfumadores deben apelar a su fuerza de voluntad todos los días para lograr semejante objetivo.
Fuente original: ojocientifico.com | 02/06/2014 14:45:37 GMT
Dejar de fumar es uno de los mayores retos que enfrentan millones de personas en todo el mundo. Y luego de tomar la decisión de abandonar este mal hábito, los exfumadores deben apelar a su fuerza de voluntad todos los días para lograr semejante objetivo. Existe un sinfín de métodos que pueden ayudar a estar personas, pero sin dudas lo más importante es su determinación. El tabaco es adictivo y su consumo afecta el cuerpo, la mente y la conducta de los fumadores.
Durante décadas, la creencia popular dictaba que fumar no perjudicaba a la salud. De hecho, hasta no hace mucho se podía fumar en lugares cerrados, cerca de niños e incluso, en hospitales. Entre los años 60 y 70, distintas investigaciones probaron los efectos negativos del tabaco. pero no fue hasta esta última década se intensificaron las políticas públicas para informar a la población y asistir a quienes deciden dejar de fumar.
¿Cómo se genera la adicción al tabaco?
La nicotina es el principal componente activo de los cigarrillos, se instala rápidamente en el organismo humano y provoca que el cuerpo se acostumbre a determinados niveles, de allí que cuando se elimina el hábito del tabaco, muchas personas puedan experimentar granansiedad y malestar.
Todos conocemos la palabra, pero muy pocos son conscientes de su uso y efectos. La nicotina es un líquido incoloro que se vuelve marrón cuando se quema. Existen ocho formas patentadas para aumentar el contenido de nicotina en el tabaco después de que se cosecha. En cinco de ellos se añade la nicotina a los filtros y envoltorios; los otros apelan a la tecnología para manipular los niveles de nicotina y desarrollar nuevas variantes químicas.
¿Qué provoca la nicotina en nuestro cerebro? Esa es la cuestión. Esta sustancia estimula las vías de recompensa provocando una segregación de dopamina, la hormona que nos dice que cosas como la comida y el sexo son agradables. También aumenta la actividad en lasvías colinérgicas del cerebro. Estas vías se concentran en el tronco cerebral y se cree que están implicados en las funciones cognitivas, como la memoria. El tabaco, y esto lo habrás escuchado en más de una ocasión, te hace sentir más nítido y centrado.
Como si esto fuera poco, la nicotina también aumenta los niveles de endorfinas, las proteínas que nos da una sensación de euforia.
Los parches de nicotina nunca serán suficientes
La nicotina no es la única sustancia implicada en esta gran adicción. Las tabacalerastambién utilizan el azúcar, que se ha convertido en un competencia esencial de este problema Al quemarse, el azúcar produce una sustancia química llamada acetaldehído, tan o más adictiva que la nicotina. Phillip Morris realizó estudios internos que mostraban que el acetaldehído y la nicotina hacen muy buena pareja y es por esta razón que las terapias de reemplazo de nicotina, como parches y chicles, no resultan muy efectivas.
Otra razón por la que resulta tan difícil dejar de fumar es la utilización de nicotina libre. Esta es una variación de la estructura molecular de la nicotina en el que falta un ion de hidrógeno. Sin él, la nicotina se evapora más fácilmente, llegando rápidamente a los pulmones y de allí, al cerebro. Cualquier fármaco suministrado al cerebro con mayor rapidez es más adictivo.
Agradece a papá y a mamá
Un viejo dicho asegura que se enseña con el ejemplo y en casa de fumadores, esto parece ser una realidad. Pero además, tu composición genética también puede jugar un papel importante en la adicción al nicotina. Investigación de la Universidad de Michigan publicado en agosto de 2008, un estudio que indica que las personas portadoras del gen receptor de la nicotina CHRNA5, disfrutan más del primer cigarrillo. Quienes no lo poseen, posiblemente no vuelvan a tocar un cigarrillo.
A pesar de todo, la buena noticia es que puedes dejar de fumar. Busca ayuda, el tabaco es una adicción y en la mayoría de los municipios hay centros destinados a tratar este problema. Dos millones de personas dejan el cigarrillo cada año, y no hay razón para que tu no seas uno de ellos. No importa cuántos años hayas fumado, tu cuerpo notará la diferencia de manera inmediata.
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