Los hijos asmáticos de padres fumadores ingresan más veces en el hospital por complicaciones de su enfermedad.
María Valerio | Fuente original: elmundo.es
Los niños asmáticos expuestos al humo del tabaco de manera pasiva
tienen más riesgo de reingresar en el hospital por complicaciones
derivadas de su enfermedad que los que respiran un ambiente más limpio,
como refleja un estudio publicado en la revista
Pediatrics.
Las complicaciones del asma causadas por el tabaco no son
desconocidas para los especialistas, y se sabe que los cigarrillos son
uno de los factores capaces de desencadenar las crisis asmáticas
infantiles debido al efecto que causan sus ingredientes sobre los
bronquios (especialmente frágiles en el caso de los niños). Se calcula
que uno de cada 10 niños y adolescentes españoles sufre este problema,
la enfermedad crónica más habitual en la infancia (y también una de las principales causas de hospitalización en niños).
El trabajo estadounidense que ahora se publica sugiere, además, que
la exposición pasiva al humo en el domicilio o en el coche debería ser
tenido en cuenta a partir de ahora como factor predictivo de futuros
reingresos hospitalarios. Según datos de la Sociedad Española de
Neumología, hasta un 42% de los niños españoles está expuesto, diaria u
ocasionalmente,
al humo del tabaco .
Los autores, encabezados por Robert Kahn, del Hospital Infantil de
Cincinnati, analizaron a 619 niños de cero a 16 años, atendidos en este
centro por crisis asmáticas entre agosto de 2010 y octubre de 2011.
Además de preguntar a sus padres y cuidadores por la exposición de los
niños a los cigarrillos, los investigadores les tomaron muestras de
sangre y saliva en busca de cotinina.
La cotinina es una sustancia que produce el organismo al estar en contacto con la nicotina y
que, por tanto, puede considerarse una medición biológica bastante
objetiva de la exposición de los menores al tabaco. De hecho, casi el
40% de los niños cuyos padres respondieron que no habían estado
expuestos a los cigarrillos sí tenían restos de cotinina en sangre y
hasta un 70% la tenía en la saliva.
Por esta razón, las respuestas de los padres no sirvieron para
predecir futuros reingresos, pero cuando se tuvo en cuenta una medida
más
objetiva que sus cuestionarios, la presencia de cotinina en
sangre o saliva sí sirvió para predecir qué pequeños volverían a
urgencias antes de un año por una crisis asmática.
Con esta medición (en saliva o sangre), el riesgo de volver al
hospital en los 12 meses siguientes fue casi el doble para los pequeños
que eran fumadores pasivos.
El asma infantil no sólo es un problema médico, sino un complejo
quebradero de cabeza para las familias y una cuestión económica que se
traduce en
muchos días de trabajo y colegio perdidos por la enfermedad.
Por este motivo, el trabajo considera que la presencia de cotinina en
sangre o saliva debería tenerse en cuenta a la hora de predecir futuras
complicaciones en estos niños y, a la vez, debería incentivar a los
padres para iniciar programas de cesación del tabaquismo.