viernes, 3 de julio de 2009

Vivir "a toda pastilla", una elección peligrosa


El éxtasis es la droga sintética más extendida y una de las más difíciles de combatir, ya que forma parte del estilo de vida de muchos jóvenes y hay un gran desconocimiento sobre las consecuencias de consumirla.
Fuente: que.es Autor: Nacho Carretero


El MDMA, un derivado de la anfetamina, más conocido como éxtasis, es una de las drogas (si no la más) más difíciles de combatir.
La razón, como explica Eusebio Megías, director técnico de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), es que forma parte de la cultura del ocio de los jóvenes para los que la fiesta es un aspecto fundamental.
"No se trata de cambiar este estilo de vida, sino de hacer entender que tiene un coste".
Tal vez por ello, son muchas las personas que no quieren jugársela, lo que mantiene su consumo estable: en el último mes, un 0,6% de los españoles admite haberlo tomado, aunque la cifra de los que lo han probado alguna vez alcanza casi el medio millón.
LA PREVENCIÓN, EVITAR QUE LAS PASTILLAS GANEN PESO EN SU VIDA
La lucha contra el consumo del éxtasis se enfoca a que el salir de fiesta al máximo (aguantar) no sea una prioridad para un joven.
De esa manera, el consumo no será algo de peso en su vida, sino, en el peor de los casos, sólo una diversión esporádica.
Para que el joven no base su bienestar en salir al máximo, la prevención debe comenzar de niño, generando en él inquietudes y compromisos que llenen su vida de otra manera.
Energy Control es una ONG que se dedica a la prevención de la drogadicción mediante la minimización de riesgos.
Esto es, asesorar e informar a quien lo solicite para que consuma de manera responsable, y analizar la composición de las sustancias que los jóvenes vayan a consumir para advertirles si están adulteradas.
La minimización de riesgos es una forma de prevención asumida por las principales asociaciones de lucha contra la drogadicción.
¿CUÁLES SON SUS EFECTOS?
Los efectos del éxtasis son, sobre todo, anfetamínicos: aumenta la resistencia física, quita el sueño y provoca euforia.
El MDMA puede alterar las percepciones sensoriales. Los movimientos se ven más lentos y los sonidos distorsionados.
El éxtasis tiene fama de aumentar la facilidad para relacionarse. Este efecto no está demostrado y tiene mucho de "mito".
JÓVENES ENTRE 18 Y 24 AÑOS
El consumo de éxtasis (en pastillas y cristal) va asociado a una determinada cultura urbana.
La franja con más prevalencia es la que va de los 18 a los 24 años.
Son chicos y chicas a los que les gusta salir de fiesta y aguantar el máximo número de horas posible.
El éxtasis se asocia a fiestas, festivales de música electrónica o "raves" y es la droga artificial por antonomasia.
Por ello, un segmento muy amplio de jóvenes tiene muy mala imagen de ella.
IRRUMPE EN ESPAÑA EN LOS AÑOS 90
"Es una droga que no tiene que ver con circunstancias personales, sino sociales. No la toman sólo los que tienen problemas, también los que quieren pasarlo bien. Para los jóvenes cuya vida gira en torno a la "fiesta", tiene mucho sentido, pero tiene sus riesgos", concluye Eusebio Megías.

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