En ella se señala que el consumo de bebidas etílicas sólo es superado por el síndrome de Down como origen de un retraso mental en el recién nacido. De hecho, y con motivo de la celebración este lunes, 9 de septiembre, del Día del Síndrome Alcohólico Fetal, desde esta organización subrayan que éste afecta actualmente “al 1 por ciento de los nacimientos”.
Por esta razón, y porque el alcohol es el primer motivo no genético de retraso mental irreversible y evitable, el miembro de la Junta de Socidrogalcohol, el doctor Francisco Pascual, alerta de “las deficiencias y malformaciones del bebé que se pueden evitar”.
Así lo dirige al entre el 25% y el 45% de mujeres que siguen consumiendo alcohol durante el embarazo, y es que éste puede ocasionar un conjunto de consecuencias negativas en el neurodesarrollo “que se denomina trastorno del espectro alcohólico fetal”, que sufren “unos 5.000 niños en España”, lamenta.
Esta situación genera en los menores unos rasgos característicos muy especiales en la configuración de la cara, “como hendiduras palpebrales cortas, labio superior delgado, y desaparición del surco entre la nariz y el labio superior”, explica Pascual, que también destaca posibles malformaciones en otros órganos, “como el corazón o el cerebro”.
Además, indica que el bebé con síndrome alcohólico fetal puede tener dificultades “en la coordinación de movimientos, la capacidad de concentración, los comportamientos hiperactivos y la inestabilidad emocional”.
Por último, Pascual sostiene que, tal y como han demostrado recientes estudios, la exposición prenatal al alcohol “ha sido claramente relacionada con una mayor vulnerabilidad hacia el alcoholismo
La tercera semana, la más vulnerable
Durante el embarazo, el periodo embriogénico en la tercera semana de gestación es el más vulnerable a los efectos del alcohol, donde se pueden producir malformaciones craneofaciales y déficit neurológicos severos.Entre las semanas 7 y 20 de gestación el riesgo es muy alto para el desarrollo cerebral y se pueden producir malformaciones en el cuerpo calloso. En el tercer trimestre, el alcohol puede inducir microcefalia y pérdida neuronal y glial, ocasionando disfunciones neurológicas.
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