El 3,5% de los estudiantes entre 14 y 18 años ha consumido alguna vez drogas emergentes, esto quiere decir, traducido a cifras absolutas, unos 76.000 jóvenes. Son datos de la encuesta escolar 2010 que ayer presentó Nuria Espí, la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. Las drogas emergentes son en su mayoría sustancias sintetizadas de forma clandestina que producen efectos similares, o más potentes, que los de las clásicas. En 1987 se decomisaron 87 pastillas de esas características en España. En 2010 han sido 634.638.A Espí la acompañaban Manuel Sanchís, internista, y Magí Farré, catedrático de Farmacología en Barcelona. Ambos son miembros de la comisión clínica para el Plan Nacional sobre Drogas. Magí afirmó que muchas drogas de diseño se venden con enorme facilidad en internet como «inciensos» (luego se fuman a modo de porros), «sales de baño», o «abonos», y que su precio, por gramo, puede oscilar entre 7 y 20 euros. Había al menos seiscientos portales de internet, detectados por el observatorio europeo, donde se hacían estas transacciones, pero probablemente serían miles.
El número de drogas sintéticas es elevado y sube de forma acelerada. La UE informó de la aparición de cuarenta nuevas en 2010. En el Reino Unido, según Magí, había noticia de entre 42 y 100 personas que habían fallecido por intoxicaciones con esas sustancias. Pero el problema era más grave debido a que se sabía aún poco de efectos secundarios y faltaban datos estadísticos. Además, muchos de los que acuden a urgencias no dan positivo en un análisis de orina y los médicos no descubren lo que han tomado.
El uso y abuso de drogas sintéticas se asocia a determinados ambientes festivos, discotequeros, mayoritariamente los fines de semana, entre jóvenes y adolescentes, que se agrava por el consumo simultáneo de bebidas alcohólicas.
Abusos sexuales
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