viernes, 6 de diciembre de 2013

Un contrato para dejar de fumar en los centros educativos. Campaña de AGIPAD

Llega a Gipuzkoa un programa europeo que se centra en la prevención temprana y tiene muy en cuenta las diferentes razones de chicos y chicas para empezar a fumar. El porcentaje de menores que consume tabaco supera ligeramente el 25%; se inician de media a los 13,5 años. En el intervalo de edad de los 15 a 16 años la proporción de chicas fumadoras es del 34,7% y la de chicos del 26,7%.

Fuente original: diariovasco.com

Los jóvenes tienen «una percepción del riesgo muy baja, porque les cuesta pensar a largo plazo». Las razones para fumar, sin embargo, obedecen a patrones muy distintos: «A los chicos les motiva el elemento de riesgo y de transgresión que asocian al tabaco. Las chicas, sin embargo, lo relacionan más con cuestiones de imagen corporal y creen que fumar les impide engordar, por ejemplo». En ese sentido, es todo un aparataje social el que influye en las decisiones de los jóvenes y, de manera decisiva «la familia, lo que ven en casa».

Las cifras no dejan lugar a dudas. Uno de cada cuatro jóvenes de entre 12 y 18 años fuma. Según los datos procedentes del último informe "Drogas y Escuela" del Instituto Deusto de Drogodependencias, el porcentaje de menores que consume tabaco supera ligeramente el 25%. Es un nivel similar al de los adultos, colectivo en el que la tasa de fumadores habituales en Euskadi se situaba en 2012 en el 25,7%. Y, como en el caso de los mayores, ha ido descendiendo considerablemente en los últimos años, ya que en 1996 casi llegaba al 38% el porcentaje de adolescentes que reconocía fumar habitualmente. No obstante, y aunque los porcentajes varíen mucho en función del tramo de edad -del 7,9% de los chicos y chicas de 12 y 13 años al 41% entre los de 18- es una cifra demasiado abultada teniendo en cuenta las consecuencias del tabaquismo. Droga legal y extremadamente adictiva, en la que los jóvenes vascos se inician de media a los 13,5 años.

Luchar contra la publicidad hacia los jóvenes

La que es muy consciente de esas particularidades es la industria tabaquera, que cada vez se encuentra con más obstáculos para colocar su producto y con consumidores adultos más reticentes. Por supuesto, las explota convenientemente, hasta el punto de estar convirtiendo a los adolescentes en un público preferente. De lo que se trata es, por lo tanto, de utilizar recursos similares para obtener resultados opuestos porque, además, resulta que los chavales son muy sensibles a ese tipo de argumentos.

Así llega a Gipuzkoa, de la mano de la Asociación Guipuzcoana de Investigación y Prevención del Abuso de Drogas (Agipad) el programa "Clases sin humos/Kerik gabeko gelak", una iniciativa comunitaria dirigida a estudiantes de Secundaria -concretamente, a los de los dos primeros cursos de ESO-, que ya se aplica en Álava y Bizkaia y otras comunidades del Estado, pero hasta ahora no había llegado a Gipuzkoa.

Se prevé que la campaña, en la que juegan un papel fundamental los profesores, que reciben formación a cargo de especialistas de Agipad, llegue en esa primera edición a una cincuentena de centros. Además de Agipad, que asumirá la extensión del programa a la mayoría de los centros, habrá municipios, como San Sebastián, que lo implementarán con sus propios servicios de prevención de drogodependencias.

El objetivo prioritario son por tanto los alumnos de los dos primeros cursos de ESO, porque «es muy importante retrasar todo lo posible la edad de inicio e intervenir antes de que se consolide el consumo habitual».

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