Llega a Gipuzkoa un programa europeo que se centra en la prevención temprana y tiene muy en cuenta las diferentes razones de chicos y chicas para empezar a fumar. El porcentaje de menores que consume tabaco supera ligeramente el 25%; se inician de media a los 13,5 años. En el intervalo de edad de los 15 a 16 años la proporción de chicas fumadoras es del 34,7% y la de chicos del 26,7%.
Fuente original: diariovasco.com
Los jóvenes tienen «una percepción del riesgo muy baja,
porque les cuesta pensar a largo plazo». Las razones para fumar, sin
embargo, obedecen a patrones muy distintos: «A los chicos les motiva el
elemento de riesgo y de transgresión que asocian al tabaco. Las chicas,
sin embargo, lo relacionan más con cuestiones de imagen corporal y creen
que fumar les impide engordar, por ejemplo». En ese sentido, es todo un
aparataje social el que influye en las decisiones de los jóvenes y, de
manera decisiva «la familia, lo que ven en casa».
Las cifras no dejan lugar a dudas. Uno de cada cuatro
jóvenes de entre 12 y 18 años fuma. Según los datos procedentes del
último informe "Drogas y Escuela" del Instituto Deusto de
Drogodependencias, el porcentaje de menores que consume tabaco supera
ligeramente el 25%. Es un nivel similar al de los adultos, colectivo en
el que la tasa de fumadores habituales en Euskadi se situaba en 2012 en
el 25,7%. Y, como en el caso de los mayores, ha ido descendiendo
considerablemente en los últimos años, ya que en 1996 casi llegaba al
38% el porcentaje de adolescentes que reconocía fumar habitualmente. No
obstante, y aunque los porcentajes varíen mucho en función del tramo de
edad -del 7,9% de los chicos y chicas de 12 y 13 años al 41% entre los
de 18- es una cifra demasiado abultada teniendo en cuenta las
consecuencias del tabaquismo. Droga legal y extremadamente adictiva, en
la que los jóvenes vascos se inician de media a los 13,5 años.
Luchar contra la publicidad hacia los jóvenes
La que es muy consciente de esas particularidades es la industria tabaquera, que cada vez se encuentra con más obstáculos para colocar su producto y con consumidores adultos más reticentes. Por supuesto, las explota convenientemente, hasta el punto de estar convirtiendo a los adolescentes en un público preferente. De lo que se trata es, por lo tanto, de utilizar recursos similares para obtener resultados opuestos porque, además, resulta que los chavales son muy sensibles a ese tipo de argumentos.
Así llega a Gipuzkoa, de la mano de la Asociación
Guipuzcoana de Investigación y Prevención del Abuso de Drogas (Agipad)
el programa "Clases sin humos/Kerik gabeko gelak", una iniciativa
comunitaria dirigida a estudiantes de Secundaria -concretamente, a los
de los dos primeros cursos de ESO-, que ya se aplica en Álava y Bizkaia y
otras comunidades del Estado, pero hasta ahora no había llegado a
Gipuzkoa.
Se prevé que la campaña, en la que juegan un papel
fundamental los profesores, que reciben formación a cargo de
especialistas de Agipad, llegue en esa primera edición a una cincuentena
de centros. Además de Agipad, que asumirá la extensión del programa a
la mayoría de los centros, habrá municipios, como San Sebastián, que lo
implementarán con sus propios servicios de prevención de
drogodependencias.
El objetivo prioritario son por tanto los alumnos de los
dos primeros cursos de ESO, porque «es muy importante retrasar todo lo
posible la edad de inicio e intervenir antes de que se consolide el
consumo habitual».
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