Hace unas semanas, agentes del Instituto Armado encontraron en un camping de Arganda del Rey (Madrid) 1.900 pastillas de una nueva sustancia estupefaciente que obligatoriamente tuvo que ser elaborada por un químico altamente cualificado. La droga incautada se llama paraclorofenilpiperazina. No fue sencillo identificarla porque no había precedentes de ella en España. También se denomina 1,4-CPP o para-CPP, aunque es más conocida como 'falso éxtasis'.
Walter White, el personaje de ficción que protagoniza la última gran serie de la televisión estadounidense, Breaking Bad, podría tener un discípulo en España. Esa es una de las posibilidades que maneja en estos momentos la Guardia Civil. Hace unas semanas, agentes del Instituto Armado encontraron en un camping de Arganda del Rey (Madrid) 1.900 pastillas de una nueva sustancia estupefaciente que obligatoriamente tuvo que ser elaborada por un químico altamente cualificado, alguien con el perfil que representa White en la pequeña pantalla.
De momento, no hay rastro de la persona que está tras su fabricación. La Operación Olcades logró detener a dos personas encargadas de almacenar y distribuir esta sustancia por Castilla-La Mancha y la Comunidad de Madrid, pero la Guardia Civil descarta que hayan sido los encargados de su elaboración. Al igual que en la serie de televisión, utilizaban una caravana como escondite. Junto a ella, los agentes encontraron un antiguo frigorífico que estaba siendo utilizado como almacén de seguridad por los dos detenidos. Sin embargo, no ha aparecido el laboratorio.
Los investigadores no descartan que la sustancia haya sido importada del extranjero. Puede que no haya ningún químico metido a narcotraficante en España como en Breaking Bad. Pero si lo hubiera, podría estar amasando una fortuna, porque las drogas sintéticas viven un nuevo boom y están en continua evolución.
La nueva para-CPP
La droga incautada en este operativo policial se llama paraclorofenilpiperazina. No fue sencillo identificarla porque no había precedentes de ella en España. También se denomina 1,4-CPP o para-CPP, aunque es más conocida como 'falso éxtasis'. Se trata de un estupefaciente de síntesis elaborado a partir de la modificación celular de otros productos basados en la clorofenilpiperazina, un compuesto que suelen utilizar los veterinarios para combatir la presencia de parásitos en caballos y cerdos.
“Se trata de una modificación de una sustancia anterior que está más extendida, la 1,3-CPP o meta-CPP ”, explica uno de los expertos que participó en las investigaciones. “Los efectos en la salud que tienen ambas sustancias son similares. Se parecen a los del éxtasis: estimulación, ansiedad, efectos alucinógenos, insomnio, daños neuronales y taquicardia, entre otros”, explica este agente. La meta-CPP comenzó a detectarse en España en 2005 y al principio también se confundía con la más célebre metilendioximetanfetamina (mdma), el activo fundamental del auténtico éxtasis. Pero la meta-CPP sólo es un sucedáneo, igual que la nueva versión que acaba de encontrar ahora la Guardia Civil.
“La principal ventaja del éxtasis es el precio. En las zonas de fiesta se pueden encontrar dosis de meta-CPP por entre tres y ocho euros, dependiendo de su calidad. Las que se han hallado ahora habrían tenido un precio similar. Los efectos son iguales a los del éxtasis verdadero, aunque las consecuencias de las imitaciones son mucho más impredecibles, especialmente si se mezclan con alcohol”, explica el investigador.
Huyendo de la Justicia
Las evoluciones son fruto del intento de los narcotraficantes por escapar de la acción judicial, según este experto. “Cada cierto tiempo lanzan nuevas sustancias para tratar de evitar que puedan ser consideradas drogas. En este caso, la evolución de la meta-CPP a la para-CPP no es muy significativa. Pero sus fabricantes las modifican para intentar que no estén catalogadas oficialmente por los convenios internacionales como sustancias estupefacientes y eludir así una condena”. Otra cosa es que funcione.En plena crisis, el precio sin competencia de las drogas de síntesis ha disparado su consumo. Un gramo de cocaína cotiza en estos momentos a unos 50 euros de media, pero las pastillas incautadas por la Guardia Civil se vendían por menos de lo que cuesta una copa. Eran de color rosado y similares a los comprimidos de cualquier medicamento, aunque los hay de todos los colores y sus distribuidores suelen marcarlos con símbolos reconocibles para tratar de hacerse un nombre entre sus consumidores habituales.
Menos costes
Su fabricación en laboratorio evita costosos traslados internacionales. Además, no necesitan ninguna sustancia de origen natural, como ocurre con la heroína (opio) o la cocaína (hoja de coca), que están expuestas a los vaivenes de la actualidad internacional. El abastecimiento de las drogas de síntesis está completamente garantizado y no provoca sorpresas en su precio final.La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC)ya advirtió en su informe de 2011 sobre el riesgo que representaban las sustancias estupefacientes para el primer mundo. En su último informe ha vuelto a llamar la atención sobre este fenómeno. Las denomina Nuevas Sustancias Psicoactivas (NPS), y advierte de que “su velocidad de expansión y la creatividad con la que evolucionan están haciendo tambalearse el sistema internacional de fiscalización de drogas”. Sin duda, cualquier persona que quisiera emular a Walter White encontraría un gran nicho en este pujante mercado.
No son las únicas drogas que triunfan en este contexto. La situación económica ha provocado la caída en picado de la calidad de la droga por excelencia, la cocaína, hasta niveles que alarman a las autoridades. De media, menos del 30% de la sustancia incautada es realmente cocaína. Además, comienzan a ver la luz nuevos estupefacientes como el ‘krokodil’, la ‘sisha’ y los ‘baths’ que han conquistado la Europa del colapso. Sus efectos son devastadores.
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