viernes, 11 de julio de 2008

Dejar el alcohol, un camino lleno de obstáculos


El apoyo de la familia y las nuevas amistades son factores clave para superar las barreras en la rehabilitación de los alcohólicos, según los expertos.


Una oferta de ocio muy ligada a la bebida, un fácil acceso al alcohol, poca comprensión de la familia o marginación en el trabajo son aspectos que pueden dificultar en gran medida la voluntad de dejar de beber, según el estudio "Abstinencia y entorno: estudio de las barreras existentes", impulsado por Vives Centro Residencial Terapéutico y realizado por la consultora Antares Consulting con la colaboración del Grupo de Ayuda Mutua de Alcohólicos Rehabilitados (GAMAR).


El trabajo recoge la opinión de 500 ex alcohólicos de toda España y ha permitido establecer los 17 aspectos que más dificultan la recuperación y la reinserción a la vida cotidiana de estas personas, según ellas mismas.


Amistad y familia
El 81 por ciento de los encuestados declararon que relacionan sus antiguos amigos con el consumo de alcohol. Esta cifra demuestra la importancia de encontrar nuevas amistades, no ligadas a la bebida, que pueden ayudar a evitar las recaídas. Una de las formas más habituales y más exitosas de conocer a nuevas personas son los grupos de apoyo, que pretenden facilitar el proceso de reinserción a la sociedad, así como ayudar a recuperar la autoestima y poner en contacto a personas en la misma situación.
Otro punto clave en el proceso de desintoxicación es el apoyo de la familia. Los participantes en la encuesta aseguraron que "la incorporación activa de la familia en las terapias de deshabituación es un aspecto relevante para que la rehabilitación sea exitosa". En este sentido, el 90 por ciento declaró que el nivel de comprensión de su familia era adecuado.
Estos dos puntos de apoyo son imprescindibles para superar las demás barrera "ambientales" que encuentran los ex alcohólicos.

Entorno laboral
Uno de los obstáculos más importantes a superar es la permisividad de las empresas. Según la experiencia de los encuestados, "el 47 por ciento de las empresas son permisivas con el consumo de alcohol de sus empleados", es decir, aún tener conocimiento de este hábito, no se toman medidas al respecto, ni de ayuda ni de rechazo, simplemente se ignora. Por otro lado, la ansiedad o el estrés producido por el trabajo puede ser otro motivo para acabar con la abstinencia. De esta forma, una de cada 10 personas encuestadas reconoce el mundo laboral como a un factor facilitador a la recaída.

Entrono social y cultural
La segunda barrera más importante para los ex alcohólicos participantes, después de los antiguos amigos, son "las costumbres familiares y la cultura". Este factor hace referencia a las celebraciones y fiestas cotidianas (cumpleaños, bodas, navidades...) dónde es habitual el consumo de bebidas alcohólicas. "Es en este tipo de situaciones dónde se acostumbra a recaer", asegura el doctor David Chesa, psiquiatra del centro Vives. "La familia cobra vital importancia en este tipo de eventos, ya que son ellos los que en muchas ocasiones incitan a tomar una copa, sin saber que eso puede acabar con todo el proceso de rehabilitación llevado a cabo hasta el momento. Estas fiestas son percibidas como momentos excepcionales dónde uno se puede permitir un pequeño respiro, y es trabajo del enfermo adaptarse a estas situaciones con normalidad y control", declara el experto.
Por otro lado, el 94 por ciento de los participantes afirmaron que la oferta de ocio y diversión está altamente ligada al alcohol, y a ello se suma el fácil acceso a este tipo de bebidas, así como la constante publicidad a la que estamos expuestos.

Datos generales
El alcoholismo es una enfermedad crónica, que en nuestro país afecta a tres hombres por cada mujer, pero que cada vez cobra más prevalencia en el sector femenino y en los jóvenes en general. Además, es una patología difícil de detectar por la alta aceptación social que tiene. En concreto, España es el quinto país en consumo de alcohol dentro de la Unión Europea, y el séptimo en cuanto a muertes por año atribuibles a esta sustancia. Por último, cada año el alcoholismo supone un coste de 3.800 millones de euros en términos económicos, sanitarios y sociales.

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